Vivimos muchas encarnaciones y en cada una de ellas transitamos nuestra maestría, algunas más conscientes que otras pero todas en evolución. En estos procesos nos cruzamos con otros maestros que transitan sus recorridos y de ellos nos nutrimos, entre los que tuve en suerte en esta encarnación que transitó hace 50 años siempre destaco a mi abuelo Severo.
Severo se había jubilado joven, gozaba de excelente salud y un buen pasar, pero además era un adelantado en materia espiritual, después de su partida supe que había incursionado en escuelas espirituales que siempre me llamaron la atención, por lo que lamenté no haber conversado con él respecto a eso, sin embargo las enseñanzas espirituales que me dejó fueron muchas y lo hizo sin mencionar "espiritualidad", "religión" o cualquier palabra que se relacione al cultivo del espíritu, lo hizo tocando la guitarra, caminando por el barrio de mi mano, lo hizo comunicándose con humor, sin preocuparse por nada, siendo generoso con todos.
No hay un solo día de mi vida en que su imagen o su nombre no viste mis pensamientos, en los momentos más difíciles me aferré a su recuerdo para no perder del todo mi sonrisa y para recordar que los seres queridos que nos aman en la tierra nos cuidan cuando dejan de tener cuerpo y es el amor el que nos une por toda la eternidad.
Vaya este texto en honor a la memoria de mi abuelo Severo Ángel Spagnoletti que nació el 2 de agosto del año 1908.
Pido para su alma un Ave María en amorosa ofrenda por todo su amor.
Ale Flores
Un nieto eternamente agradecido.
2 de agosto de 2023
Gimnasio
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