La almas que nos ayudan a sanar

En el proceso de sanación el sanador es el guía, pero quien se sana es quién acepta las herramientas que el guía le ofrece. Cuando alguien recibe Reiki debe estar predispuesto a recibir la energía, ya que de lo contrario el efecto de la sesión no es el adecuado.

Si bien la energía siempre llega y deja algo, si la mente no está dispuesta a recibir la sanación la labor del sanador se reduce a dejar semillas sembradas que en algún momento germinarán. El sanador es el camino que el consultante debe transitar cuando busca encontrar herramientas para sanar, y así como en la vida transitamos diferentes caminos, muchas veces necesitamos experimentar diferentes técnicas para encontrar la más adecuada a nuestro proceso, claro que cada una deja herramientas, como cada camino recorrido deja experiencias, como cada paso deja huellas.

Cuando logro ayudar a alguien que en su proceso de sanación me alegro por esa persona, no por mi labor, lo que me alegra es ver que la persona que me buscó y confió su sanación en mi maestría logró, por medio de mis palabras y tratamientos despertar su propia maestría y emprender su proceso de sanación. Siempre digo que prefiero enseñar a nadar a repartir salvavidas.

Cuando alguien no logra conectar con lo que ofrezco y no encuentra en mi su camino de sanación, dejo que siga su recorrido sabiendo que deje en su ser las semillas que me permitió sembrar, las cuales quizás requieran que otro maestro las riegue, o que sea el tiempo quién logre hacer el trabajo que solo el tiempo es capaz de hacer.

Hay gente que ha sufrido tanto que no logra vivir sin sufrir, que busca el sufrimiento como una necesidad, que busca llevar a todos a su sufrimiento. Lo sé porqué yo estuve ahí, y así como me llegaron las herramientas cuando estuve preparado, sé que así será en esas almas que necesitan sanar pero aún no lograron llegar al punto en el que la mente le entrega al espíritu el camino y el alma guía al encuentro de las almas que nos ayudan a sanar.

Ale Flores
13 de abril de 2023
La Merecida
En mi cama