De chico les tenía miedo a los murciélagos, tal vez por las imágenes con los que nos los presentan en las películas como animales capaces de clavarnos sus colmillos y chuparnos la sangre.
Cuando aprendí Reiki supe que los vampiros existen, son personas como nosotros, algunas de ellas tiernas abuelitas, otros elegantes empresarios, no nos clavan sus colmillos, pero si absorben nuestra energía.
Si bien Reiki me dio herramientas para equilibrar mi energía y tomarla de la que habita en toda la creación, cuando detecto vampiros energéticos evito entrar en contacto con ellos, y si no lo logro blindo mi energía para que sus intenciones no sean posibles.
Creo que los vampiros no saben que lo son, pero si que se nutren de energías de otros, son esas personas que después de verte te dicen “yo cuando te veo me lleno de energía”, y vos sabes que la energía con la que ellos se llenaron es la que en ese momento sentís que te falta.
Hoy rescate un murciélago de mi casa, entró anoche por la chimenea, con todo el cuidado posible lo saque y lo devolví a la naturaleza, acabo de ver que descansa plácidamente luego de una noche atípica. Ya no les temo a los murciélagos, tampoco a los vampiros, pero a ambos los respeto y los quiero fuera de mi casa.
Ale Flores
20 de enero de 2023
La Merecida
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