Con amor construimos puentes, que con ego derribamos.
Los puentes nos unen, nos acercan a las personas y situaciones que nos sanan, que nos hacen bien, que nos alimentan, pero somos autodestructivos por naturaleza, contaminamos el suelo que habitamos, y a veces sin darnos cuenta les tiramos a las personas que queremos toda la basura mental que no podemos liberar por caminos sanos, con técnicas de meditación, respiración, el ego nos atrapa, nos domina, nos aleja de esas situaciones que nos hacen bien y estallamos repartiendo esquirlas de estiércol para todos lados, hay quienes las reciben y las reciclan sin más, como la tierra que absorbe todo, otras que se sienten atacadas y devuelven los ataques, ahí los puentes se dinamitan y caen derrumbados, algunas veces los podemos reconstituir, otras no, pero aunque los podamos reparar ya no son los mismos, quedan las marcas, las gritas por más que estén selladas con amor.
Nunca sabemos cuál exposición será la última, la que detone finalmente el vínculo hasta que el amor nos reencuentre en otra encarnación para ver si logramos evolucionar y entender que al amor hay que regarlo, hay que cuidarlo, y que la basura mental debe ser retirada en orden, armonía y amor para no herir a quienes nos acompañan en el camino haciendo que el tránsito por la tierra sea más liviano, sea más amoroso, sea más luminoso.
Ale Flores
2 de abril de 2022
La Merecida
Cocinando en el horno a leña
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