jueves, 18 de noviembre de 2021

Abracé su vida


Cuando supe que mi viejo estaba enfermo el mundo se me vino encima. Tomé conciencia de la fragilidad de la vida, no lograba entender porque Dios se estaba llevando su vida.

Cuándo me lo dijo me quede helado, sabía que la cuenta regresiva ya estaba en marcha, le transmití tranquilidad, con la paz que yo no tenía.

Con el tiempo entendí que mi viejo estaba enfermo porque estaba vivo, que en realidad no era él quién moriría, que dejaría su cuerpo en la tierra, y su alma junto a Dios se elevaría.

Di todo lo que pude para sanarlo, le di sanación, y con ella calidad de vida, le di amor y en amor pudimos sanar nuestras heridas.

Cuándo partió lo vi relajado, habiendo dejando en la tierra una guerra perdida, una lucha cruel e injusta para su cuerpo, y una escuela avanzada en su camino por la vida.

No me costó mucho encontrarme con su energía, ya habíamos sellado el pacto de seguir acompañadonos más allá de la apariencia y del día a día.

Desde aquel instante en que su ojos se cerraron, yo lo siento cerca a cada paso de mi vida.

Cuando supe que mi viejo estaba enfermo me aferré más a él y abracé su vida.



Ale Flores
17 de noviembre de 2021
La Merecida
Tercer cuarto










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