Vos no sabes lo que es tener una vida difícil, no sabes lo que es despertarse sin poder respirar, sin poder vivir separado de una máquina que te asiste para hacerlo. No sabes lo que es despertar con sed y no tener agua potable cerca, o algo que comer. Para una gran parte de la humanidad tu vida está llena de lujos que para ellos son sueños inalcanzables. Disfruta poder abrir una canilla y beber agua fresca, caminar por el césped, tener un techo, una cama, una familia, poder respirar por tus propios medios, ver, oír, expresar, gozas de buena salud, tu mente funciona perfectamente, ¿qué te falta?, son más las cosas que te sobran que las que te faltan, focaliza tu energía vivir, en reconocer tus logros, y confia en el proceso de la vida que siempre te dio lo que te tenía que dar en el momento exacto. Nunca antes, nunca después.
La energía busca ser liberada, lo vemos en la naturaleza que permite aflorar nuevos brotes de semillas que la tierra recibe. Lo vemos en los volcanes que entran en erupción, en las lluvias. Esa energía que también está en nuestros cuerpos proviene de nuestra alma, llega canalizada por nuestro espíritu como manantial de vida que sentimos en nuestras entrañas, en la piel, en la sangre que recorre nuestras venas, cuando esa sensación me llega no puedo retenerla y lo único que puedo hacer es buscar el sitio apropiado y dejarla salir, como estoy haciendo ahora, escribiendo. Muchas veces aparecen ideas, frases, conceptos, esa es la forma que mi espíritu le da a esa energía para que pueda ser plasmada, para que no sea solamente una expresión, para que pueda ser comprendida y recibida por otras almas que la están buscando, porque la tierra espera el agua de las lluvias para que las semillas germinen, y nosotros nos nutrimos de las energías de otros para dejar aflorar las nuestras.
Quizás estas palabras sean el riego que tus vibraciones necesiten para que hoy sientas el manantial de vida en tu interior, tal vez de tu ser florezcan los frutos de tus acciones pasadas, tal vez solo se traten de abono para la tierra prometida que es tu encarnación, sean lo que sean, son lo que son, en mi la necesidad de dejar fluir estás corrientes de vida que me llegan, en vos lo que aceptes que son. Yo las dejo aquí, como una expresión de amor que florece desde mi alma.
Cuando supe que mi viejo estaba enfermo el mundo se me vino encima. Tomé conciencia de la fragilidad de la vida, no lograba entender porque Dios se estaba llevando su vida.
Cuándo me lo dijo me quede helado, sabía que la cuenta regresiva ya estaba en marcha, le transmití tranquilidad, con la paz que yo no tenía.
Con el tiempo entendí que mi viejo estaba enfermo porque estaba vivo, que en realidad no era él quién moriría, que dejaría su cuerpo en la tierra, y su alma junto a Dios se elevaría.
Di todo lo que pude para sanarlo, le di sanación, y con ella calidad de vida, le di amor y en amor pudimos sanar nuestras heridas.
Cuándo partió lo vi relajado, habiendo dejando en la tierra una guerra perdida, una lucha cruel e injusta para su cuerpo, y una escuela avanzada en su camino por la vida.
No me costó mucho encontrarme con su energía, ya habíamos sellado el pacto de seguir acompañadonos más allá de la apariencia y del día a día.
Desde aquel instante en que su ojos se cerraron, yo lo siento cerca a cada paso de mi vida.
Cuando supe que mi viejo estaba enfermo me aferré más a él y abracé su vida.
Ale Flores 17 de noviembre de 2021 La Merecida Tercer cuarto
Sos frágil, aunque no lo demuestres, aunque pongas una corteza para protegerte del mundo que te rodea, sos frágil, yo lo sé, vos lo sabes.
Tantas veces te han roto como tantas volviste a armarte, sos capaz de sostener al mundo, cuando el mundo parece derrumbarse. Pero en tu interior, en tu soledad, en las noches de desvelo sentís que te hace falta quien te sostenga, quien te diga que todo va a estar bien, que tus simples sueños se harán realidad.
Confiaste y sufriste. Ya no queres seguir templándote, deseas una vida simple, sencilla, sabes que la mereces, pero te cansa transitar esta espera que parece interminable.
¿Qué decirte que no te hayan dicho?, tenes una biblioteca llena de palabras alentadoras que ya no te empujan, palabras que solo te sacan una sonrisa para complacer a quien te las dice porque además no queres que nadie se sienta mal.
¿Sabes qué?. La realidad que vivis es la realidad que ves, si pudieras hacer el ejercicio de elevar tu visión y ver la vida desde los ojos de la divinidad, si pudieras por un momento ver el juego completo, ver a cada una de las personas que te rodean como almas encarnadas viviendo experiencias terrenales, aceptándote vos también un alma encarnada viviendo una experiencia terrenal, tal vez tus sufrimientos no serian tan pesados porque entenderías que tu alma, tu energía es eterna y los problemas son de la mente, los achaques son del cuerpo que en algún momento, cuando sea el momento, quedará en la tierra pasando a ser parte de la tierra y dejará de ser tuyo para pasar a ser de la eternidad, la misma eternidad en la que habita tu alma. Tu alma, que te observa desde la fuente del amor de la que todos provenimos y te hace llegar un poco más de paciencia, un poco más de sabiduría, un poco más de amor para que nuevamente respires profundo, cierres los ojos y desde lo más profundo de tu ser sientas que la vida que mereces, pronto va a llegar.
Mira, mientras vos leías esto, me tome el atrevimiento de poner en tu mano derecha un rayo de luz, un rayo de amor, si lo aceptas llevalo a tu corazón y aceptalo inhalando, llenando tus pulmones de oxigeno en el momento preciso en el que tu mano toque tu pecho, visualiza ese rayo que entra en tu corazón y se aloja ahí, lo vas a sentir en tus latidos, va a recorrer tu cuerpo por tu sangre, lo verán en tu mirada, lo escucharán en tu voz, será un filtro para impedir que las palabras que hacen doler te lastimen, será sanación cuando acaricies, será amor cuando beses, será la palabra de Dios cuando desde el amor que sos le dediques a alguien palabras como estas que hoy te estoy dedicando.
Las energías deben fluir, no pueden ser retenidas porque terminan erupcionando.
Las energías fluyen en la naturaleza, vemos en el planeta que los volcanes erupcionan sin que el hombre pueda detenerlos.
Somos energía encarnada que muchas veces contenemos por la necesidad de parecer lo que nos enseñaron a ser, pero tarde o temprano las apariencias desaparecen y aflora el ser, ¿para qué sostener lo que no somos?, ¿cuál es la necesidad de encajar en un sistema que fue creado desde el ego?. Cada uno de nosotros tiene una misión que es única, nadie puede hacer lo que viniste a hacer vos, y aunque su labor se parezca, tu misión es única, esa energía que es el manantial de tu ser que busca aflorar en vos se expresa al hacer tu misión, al recorrer tu camino, no trates de retenerla porque buscará la manera de salir a la superficie y es probable que si no es tu ser quien la de a conocer, lo haga tu ego, conectate a quien realmente sos, no temas ser juzgado, cuando hagas lo que viniste a hacer sentirás tal paz que nada te importará. No me creas, probalo.
Merezco la energía que irradio, la abundancia que habita en mi alma manifestada en mi encarnación.
Merezco la libertad porque nací libre, y si bien acepté prisiones mentales, hoy abro las jaulas de mi mente para dejar volar todas las emociones que retuve por no ser.
Merezco ser guiado por los guías, asistido por los maestros, custodiado por los ángeles desencarnados de los que desciendo.
Merezco ver el brillo de mis ojos en los ojos de los demás.
La tierra es la madre, que nutre, que cobija, que alimenta.
Que es hogar, es refugio, sabiduría y paciencia.
La tierra ofrece sus frutos a la vida, para que la vida en ella florezca, la tierra puede virgen o puede estar sembrada, llevando en su interior las semillas que poblarán la tierra.
Hoy está madre bondadosa me ha permitido cosechar mi siembra, nuestra cena será gracias al trabajo de la tierra. Por eso es que quiero darle gracias a la madre, la madre tierra.
Vivimos buscando espacios de paz, pero todo el tiempo debemos tomar decisiones.
Todas las decisiones nos dan paz o nos la quitan y todas las experiencias nos sirven para aprender, para crecer.
El sufrimiento es un maestro que lleva a la evolución.
No hay otro camino que la evolución atravesando el sufrimiento o incorporando el conocimiento obtenido en experiencias vividas.
Cuando no aprendemos la lección se repiten los exámenes, cuando comprendemos, aceptamos y sostenemos evolucionamos en conciencia.
El camino es individual, y aunque las decisiones puedan afectar a otros, casa uno vive lo que le corresponde, acepta lo que puede y sufre lo que debe sufrir para crecer.
