En un instante de silencio puedo conectar con otras almas.
En estos encuentros profundos he disfrutado dulces besos, me he fundido en abrazos eternos, he perdonado, he reparado errores del pasado.
Pude sentir el sufrimiento que produce la violencia machista en frágiles almas que caminan encarnadas, pude ver incluso mi propia violencia contemplado los ojos de mi amada.
Todos tenemos cosas que reparar, escalones que subir, conflictos que sanar. En nuestros registros akashicos habita la luz que somos, y la oscuridad que aun no fue iluminada.
Todos somos frágiles ante algo, algo que las mentes guardan, nos enseñaron a no ser sensibles, a ocultar nuestras penas, a esconder las lágrimas.
Hay Cenicientas por todo el mundo, y príncipes azules que destiñen al primer lavado.
Hay quienes sanamos escribiendo. Hay personas que al leernos se sienten identificadas. La palabra puede ser un puñal, o ser un beso, una caricia, una mirada.
Yo escribo para sanarme y al hacerlo dejo aflorar mi alma.
Ale Flores
8 de octubre de 2021
La Merecida
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
Con Kika y Conny
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