Soy un buscador, busco la verdad. Busco ver la luz. Busco la perfección en todo.
Busco la inteligencia, la armonía, el amor.
Soy testarudo, soy perseverante. Soy honesto. Trabajador.
Evito entrar en conflictos, suelo ceder antes para evitar situaciones que pueden de armonizar mis entornos.
Respiro. Medito. Rezo. Contemplo. Escucho. Pienso.
Este año sufrí como todo el mundo las consecuencias de la pandemia, gracias a Dios no en mi salud física, pero si en la mental. Cuestiones vinculadas al trabajo terrenal absorbieron mi atención casi por completo. Veía venir un año bisagra, un año de cambios profundos, pero no los imaginé tan violentos, tan drásticos. La vida tiene planes que no imaginamos, y aunque aveces lleguen premoniciones yo siempre confío en que la vida me va a llevar por los caminos que me corresponde transitar.
Hay momentos en los que tenemos que tomar decisiones que nos pesan, o al menos a mi me pesa, me doy cuenta que me cuesta defender mis derechos, algo que arrastro de chico, cuando no me permitía decir “yo quiero” y aceptaba lo que los demás querían para mí, pero ya no soy un chico, ahora soy adulto, tengo la familia que con mucho amor formé, y cada uno de nosotros tiene sus necesidades, sus sueños, a los cuales no merecen renunciar por no atreverme a defender mis derechos, soy responsable de mis actos, y de acompañar a mis seres queridos. De darle la formación a mi hija que se merece, y cubrir cada necesidad en mi hogar.
No suelo iniciar conflictos, pero como cualquier especie que camina la tierra, me defiendo si me siento amenazado. Confío en la justicia de Dios, y pongo en manos de la justicia lo que creo justo.
Que la armonía se manifieste en armonía para todo el mundo, bajo la gracia y de manera perfecta. Gracias padre que me has oído.
Ale Flores
14 de Noviembre de 2020
La Merecida
Con Lola y Uma
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