Hay veces que el alma se parte, que el corazón duele. Que la angustia ahoga.
Hay veces que la vida parece no tener sentido, que la muerte acecha, que el dolor apremia.
Me acabo de enterar que falleció Paola Coria, la mujer de mi amigo Marcelo quien falleció hace 2 años. Dos niños acaban de quedarse sin su madre, les queda una vida por delante tratando de comprender porque Dios quiso que así sea, de aceptar que no están solos, que no los abandonaron. Les quedan toda la vida por delante para comprender que todo es perfecto, que las cosas suceden como y cuando tienen que suceder.
Me gustaría encontrar las palabras para calmar el dolor de sus almas, el abrazo que retire las ausencias que sentirán por siempre. Me gustaría ofrecerles todo el amor que les falta por no tener junto a ellos a sus padres. Pero en este momento no encuentro palabras. Siento un vacío tremendo que solo puedo intentar llenar escribiendo.
La vida nos preparó para este instante, se veía venir, pero el golpe es tan fuerte que aún estoy noqueado.
Le dedico un Ave Maria a al alma de Paola, otro al alma de Marcelo para que la asista en este paso. Le pido a Dios misericordia con Delfina y Thiago que ya han sufrido mucho, que merecen piedad y descanso.
Les pido a los ángeles que los amparen. Que los guarden. Que los asistan.
Me quedo en silencio buscando que las partes rotas se vuelvan a armar, como un rompecabezas que forma parte de la vida.
Que en paz descanses Paola Coria.
Alejandro Flores
2 de Abril de 2020
La Merecida
Espacio Sagrado
Altar de fuego
Con Kika y Conny
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