lunes, 5 de agosto de 2019

Estamos vivos, estamos vibrando



Puedo ver la divinidad que habita tras una mirada triste. Puedo ver el amor que reflejan los ojos de alguien que siente miedo; de alguien que fue herido y aún conserva esa cicatriz que a veces sangra para recordarle su dolor.

He visto la divinidad hasta en los ojos de las personas con las que tuve fuertes peleas, y hasta defendiéndome de agresiones físicas no quise lastimar a mi adversario porque podía percibir su oculto dolor reprimido exteriorizado en su agresión.

Hacen daño quienes fueron heridos, quienes fueron formados por personas que sufrieron mucho y no han podido sanar. Estamos en la tierra para evolucionar, para cortar las cadenas de sufrimiento de las generaciones que nos precedieron.

Cuando veo miedo, carencias, angustias en los ojos de las divinidades encarnadas no puedo más que ofrecer amor, ya que el amor todo lo cura, todo lo sana, todo lo repara.

El amor puede ser una palabra, un texto, una mirada, una sonrisa, un caramelo, una flor, un beso, un abrazo, una caricia, un paseo, lo que nuestro corazón nos indique es lo que ese ser necesita, ya que lo que vemos en los otros es un reflejo de nosotros, lo que damos vuelve, y sanando a otros nos sanamos nosotros.

Algún día todo lo que dimos volverá, sea lo que sea que hayamos dado regresará a nosotros, por eso es mejor sembrar amor que odio. Todo lo que creamos crece, toma vida para regresar a quien lo creó, cada pensamiento es una creación, una vibración resuena en el universo.

Estamos vivos, estamos vibrando.


Ale Flores
3 de Agosto de 2019
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego






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