Cuando las energías se
aceleran, cuando la ansiedad parece brotar por los poros, se expresa en la
mirada y afecta al sueño, volver al origen se convierte en una obligación, ya que
no se trata de una necesidad, es imperativo detener el cuerpo, respirar
conscientemente, meditar.
Las prácticas diarias son muy
útiles para sostener el bienestar, pero la calidad de esos espacios es lo
que permite la intensidad de ellas dándoles mayor o menor utilidad.
Durante las primeras horas del
día debemos dedicarnos amorosamente a establecer el vínculo con la divinidad, a
vaciarnos para llenarnos.
Actualmente trabajo con las
practicas de las llamas, particularmente la de la llama violeta la que
practico a diario, establecer su anclaje en nosotros y expandirla a todo el
universo debería ser una obligación de todos los que estamos en el
camino, ya que de ese modo contribuimos a elevar las vibraciones del planeta y
contrarrestamos todo el daño creado por las vibraciones bajas de las mentes
perturbadas por odio, ambición, poder.
La verdad está en nuestro
interior, dejemos aflorar la luz de nuestros corazones, ella aguarda a que
tomemos conciencia de su presencia, es la divina presencia de Dios en nosotros,
la divinidad que habita en nuestro ser. Dios en nosotros. Ser su imagen es
nuestra misión, dejar plasmada su presencia en nuestros actos es lo que nos
permite trascender en el tiempo más allá de nuestro paso por la tierra.
Desde cada latido de nuestro
corazón la vida se expande hacia todo lo creado, y toda la
creación se manifiesta en nosotros, somos uno.
Somos luz en acción.
Ale Flores
30 de Junio de 2019
La Merecida
Living
Antes del cumple de 5 de Manu en
Naudir.
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