La lechona esta acostada sobre
mi pierna derecha, su cuerpo calienta mi piel en este casi invierno porteño,
acá, en la provincia de Buenos Aires.
Hoy llueve, ayer llovió, antes
de ayer también, se anuncian lluvias para mañana y pasado por lo cual estar en
casa es una bendición y mucho más si en casa hay un perro que caliente la piel
con su presencia.
Bueno, tenemos 5. Kika y Conny
que miran desde la galería, Uma que está ansiosa esperando la vuelta de su mamá
Serena. Felicia, que descansa eternamente en el jardín, y Lola, la perrita de
July, la que le regalamos para su cumpleaños de 16. La gorda que nos vuelve
locos a todos con su amor y su gracia.
Cada vez que me siento en un
sillón o me acuesto en mi cama se sube sobre mi cuerpo, pero lo hace trepando
hasta mi cabeza impidiéndome ver otra cosa que no sea a ella. Le decimos “la
lechona” ya que al llegar era pequeña y rechonchona, pero a medida que pasa el
tiempo su cuerpo crece, ya superó al de Uma que es 4 años mayor que ella y de
la misma raza, pero de contextura más delgada y pequeña.
“La gorita”
es un encanto, una bendición, una expresión de Dios, (como lo son todos los
perros). Un amor genuino, sincero, un amor real.
Ale Flores
15 de Junio de 2019
La Merecida
Living
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