Hoy mi viejo cumpliría años,
75, para ser más preciso, pero lamentablemente hace casi 9 años dejó este plano
físico para volver al origen del que todos partimos, al que todos retornamos.
Una vez nos pusimos a conversar
sobre su enfermedad, él falleció de cáncer tras 10 años de tratamientos, los
últimos tiempos fueron los más difíciles ya que cada vez las medicinas
tradicionales ofrecían menos esperanzas y el deterioro físico era muy avanzado,
pero eso nos dio la oportunidad de probar con algo que un tiempo antes él jamás
se hubiera animado a probar.
Una amiga de la familia muy
respetada por nosotros le había hablado hacia algún tiempo del uso del cannabis
medicinal, yo había comprado un libro que le acerque viendo en ese entonces
improbable que él aceptara probar algo que no le fuera indicado por un médico.
Por suerte al poco tiempo dimos con el profesional indicado, quien además de
saber llevarlo lo mejor posible en el último tramo de su vida, lo instó a
consumir esta planta que le permitió volver a comer, no tener nauseas, dormir
plácidamente y sobre todo compartir momentos maravillosos e inolvidables con
nosotros, sus hijos y sus seres queridos.
En esa charla le prometí que
difundiría el uso del cannabis a partir de esta experiencia para que cualquier
persona a la que mis palabras llegarán sepa lo que vivimos y se atreva a dar un
paso más en post de su sanación o la de algún ser querido.
Gracias a Dios ahora el tema
está más difundido que en aquel entonces, si bien en algunos países aún existen
prohibiciones, el aceite de cannabis se consigue relativamente fácil y
organizaciones muy serias como Mamá Cultiva se ocupan de dar talleres sobre
extracción y uso del cannabis medicinal, cosa que en aquel entonces al no
existir nos ponía al margen de la ley a los que solo buscábamos una solución al
padecimiento de nuestro padre. ¿Es increíble no?, lo escribo y me vuelve a
parecer increíble que algo que proviene de una semilla, que no requiere del
agregado de ningún químico y cuyo uso logra efectos que la medicina tradicional
no consigue este prohibido y hasta penado por la ley, en fin, nosotros sabemos
lo que fue transitar ese camino que ojalá nadie más deba vivir.
Por eso, para este aniversario
del nacimiento de mi viejo quiero honrarlo de esta manera, difundiendo el libro
que le permitió (junto a otros estímulos), abrir su mente y probar lo que fue
la mejor medicina que lo acompaño y le dio calidad de vida en la etapa
terminal. Sé que mi viejo asistirá a cada ser que lea este libro buscando
encontrar lo que él encontó, retirar de su mente los miedos y animarse a
transitar un camino desconocido, lo cual, además de brindarle bienestar lo
ayudo en su proceso por desestructurar la mente y aceptar el proceso natural de
la vida, la gran enseñanza que le correspondió transitar en su última
encarnación.
A la memoria de mi viejo, Juan
Alonso “Mono” Flores, comparto con quien lo necesite “Cannabis para la Salud”
de Chris Conrad. Espero que este material le sea útil a quien lo necesite.
Me lo pueden pedir por mail a soyreiki@gmail.com
Muchas gracias.
Alejandro Flores
13 de Junio de 2019
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