Es extraña la cabeza, a veces
duele. A veces pesa.
A veces es terca y dura como una
cerradura, cuando la llave no aparece. Otras veces se abre, como un paracaídas
que absorbe con alegría lo que otras mentes padecen.
Qué extraña es la cabeza, que
crea milagros y trasciende fronteras.
Qué misterio esconde el cerebro,
que es paraíso e infierno.
Qué maravilla la mente, que es
cuerda y es demente, que es amor, y es guerra.
Es extraña la cabeza que nos
vende las certezas de las cosas incomprobables, le da razón a lo que siente el
corazón, o condena la emoción, anclada a viejas creencias.
Que grandiosa es la mente, que
conforma distintas gentes, haciendo único nuestro paso por la tierra.
Quien puede abrir la mente logra
vivir el presente, como un regalo divino, al trascender los sentidos llega al
todo donde no hay nada, más allá de las miradas de todo lo conocido, habitando
en lo divino, somos todo, y no somos nada.
Qué maravilla la mente, que es
avión y submarino, es cohete atravesando el espacio, y sonda llegando al centro
de la tierra, es cuerpo, y antimateria, es ojo y es mirada.
Qué maravilla la mente, que
sueña, proyecta y crea. Que aprende, transita, llega, alcanza y descansa, desde
una simple idea.
Ale Flores
6 de Abril de 2019
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
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