La punta de mis dedos irradia
energía, los tuyos también. Probalo.
Si no la sentís frota tus manos
para activarlas, y decí mentalmente:
“Que la
energía del universo se concentre en mis manos ahora”.
Volvé a frotar tus manos, y
repetí esta frase con toda tu intención puesta en que eso suceda hasta que
sientas el calor en ellas al acercarlas a tu cara. Luego lleva esa energía a
tus dedos (podes también hacer este ejercicio sintiendo la energía irradiar
desde tus palmas).
Mientras recorres tu cara y tu
cabeza, programá tu crecimiento decretando para tu vida:
Quiero
para mi y para todos lo que yo soy en la perfección de la vida:
Salud
física y emocional.
Crecimiento
interior.
Armonía
y paz.
Amor
ilimitado.
Misericordia
y perdón.
Gracia y
pasión.
Abundancia
perfecta sin limitaciones, para poder dar a quien lo necesite.
Luz.
Certeza.
Estima.
Verdad.
Comunicación
perfecta con mi cuerpo y con todo lo creado en orden, paz, amor, y en
conciencia.
Y para terminar, sintiendo tu
mano sobre tu tercer ojo, decretá:
Que
pueda ver siempre la verdad más allá de las apariencias, que mi intención me
lleve a transitar los caminos que me corresponden.
Colocando las manos sobre tu
cabeza, separándolas para formar un tubo que se eleve al universo, decretá:
Que se
retiren todos los pensamientos desequilibrantes, todas las vibraciones
negativas que se grabaron en mis células, yo soy un ser de luz, y la luz es mi esencia.
En armonía para todo el mundo,
bajo la gracia y de manera perfecta. Gracias padre que me has oído.
Ale Flores
10 de Marzo de 2019
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
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