En los
ojos de la virgen encontré el consuelo que buscaba.
Fue bajo
su atenta mirada como inicié mi recorrido, le pedí que me guié en el camino y
su brillo fue el faro que esperaba.
Su manto
cubrió mis penas, su amor me hizo bondadoso.
Me da
bendiciones para que pueda ofrecer mi tiempo a quienes lo necesitan, me dio
milagros, para que pueda creerlos mis logros.
Me acercó almas que vibran como vibra su presencia, tal
vez porque mi ser se llenó de su ternura.
Me acunó en sus brazos, me cobijó en las noches, me
cuida en las rutas, y en las calles. Alejó de mi las bajas vibraciones.
La virgen me atrajo hasta que no pude resistirme a su presencia,
y cada vez que puedo vuelvo a perderme en sus ojos para reencontrar el camino.
Ella perdona todo, ella acepta como solo una madre
puede aceptar a sus hijos. No juzga, no condena, solo ama, su amor es tan
grande, tan puro que nos devuelve al origen de la vida.
Yo te invito a que la conozcas, que le abras tu corazón, y te refugies en el suyo.
No hay cargas que la virgen no soporte, no hay daño que
su amor no pueda reparar, no hay condena que la virgen no pueda perdonar.
Buscala, (te esta esperando), me pidió que te lo diga.
En su casa hay sitio para vos y tu familia, bajo el manto
de la virgen todo el mundo brilla.
Ale Flores
8 de Diciembre de 2018
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
Imagen
de la virgen del Carmen de la iglesia de San Patricio
Estomba
y Echeverría.
Belgrano
Buenos
Aires
No hay comentarios:
Publicar un comentario