Y un día volvió un viejo amigo,
un abejorro hermoso que primavera tras primavera aparece en mi lugar, en mi
espacio sagrado.
Tal vez atraído por el brillo de
las velas que enciendo en mi altar, o quizás soy yo quien se vea reflejado en
su brillo.
Lo cierto es que siempre me
alegra su llegada, no sé si es el mismo de siempre, ya que desconozco cuantos
años viven, pero su presencia me hace consciente de la existencia de su
especie. Cada forma de vida cumple un propósito, tiene un rol en la vida.
Toda vida merece ser respetada,
toda vida merece ser cuidada, por eso celebro su vuelta, la misma simboliza el
triunfo sobre la inconsciencia humana que arrasa todo a su paso, sin conciencia
ni verdad.
Ale Flores
25 de Noviembre de 2018
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
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