Viviste situaciones que te
afectaron, relaciones que te lastimaron, personas que te hirieron.
Te hicieron creer que no podías,
que no servías, que no valías nada.
Creíste que la vida fue dura con
vos, pero no, la vida solo te dio vida, te dio tiempo para que experimentes
todo eso que tu espiritu te llevo a transitar, para que puedas dar los pasos
que viniste a dar en esta encarnación.
Cada frustración que superaste,
cada lagrima que secaste fue un escalón más en tu crecimiento, cimentaste tu
maestría ya que de todo lo que aprendemos lo
que más nos fortalece es lo que adquirimos por nuestras propias experiencias.
Ahora en tu mochila vas
cambiando apegos por herramientas, herramientas de la luz, que son livianas y
poderosas como la capacidad de respirar, de meditar, o conectarte con el fuego
Reiki.
Has llegado hasta aquí, no es
poco, ¿falta’, claro que falta, y que mejor que eso, saber que aún nos queda
camino por recorrer, encarnaciones por transitar. Sería doloroso creer que ya
no hay nada nuevo adelante, esa creencia es falsa, ya que hasta quien cree que
ha vivido todo aún le quedan muchas cosas por vivir.
Cada amanecer es único. Cada atardecer
es nuevo.
Cada palabra puede ser un beso o
un puñal. Si es un beso es amor que nutre tanto a quien lo da como a quien lo acepta,
si es un puñal hiere a quien lo ofrece y a quien acepta ser herido.
Las cicatrices de tu cuerpo solo
muestran que has vivido, tal vez dibujen el mapa de tu paso por la tierra.
Tu espiritu está aquí y quiere seguir
transitando este paso por la línea del tiempo.
Tu paso por la línea del tiempo,
tu huella, única e irrepetible como la belleza de tu ser.
Se quien sos.
Confía en los dones que Dios te
dio, lo único que cuesta es que vos lo creas, y lo que crees lo crearás.
Que seas eternamente feliz.
Ale Flores
15 de Septiembre de 2018
La Merecida
Living
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