Un pájaro llego a mi en busca de
ayuda, me hizo saber que me necesitaba y acudí a su encuentro. Al llegar lo vi
quieto, parecía asustado, con caricias suaves le hice sentir que podía confiar.
Lo coloqué en la rama de un
árbol para protegerlo de los peligros del suelo, parecía enfermo, no podía
volar.
Le trasmití energía Reiki, creo
que fue la primera vez que conscientemente le di sanación a un pájaro con la
técnica que suelo utilizar.
Después lo deje tranquilo para
que pudiera vivir su proceso; cuando volví a buscarlo ya no estaba, y no lo
volví a ver.
Quizá se haya sanado, tal vez
pudo haber partido, pero por algún motivo la vida me coloco a su lado.
No olvidare su rostro, la
suavidad de sus plumas, la fragilidad de su cuerpo.
Sé que nuestras energías se
conectaron, que sintió mi vibración y en ella pudo confiar.
Mi vida continuó como siempre,
la vida sigue y cada uno deja la huella que vino a dejar.
Ale Flores
22 de Septiembre de 2018
La Merecida
Espacio Sagrado
No hay comentarios:
Publicar un comentario