viernes, 13 de julio de 2018

En la luz en la que somos uno


A veces me piden Reiki a distancia. Me pasan el nombre de la persona y me conecto con la energía de ese ser. Inmediatamente percibo algo, en algunas ocasiones lo que me llega es una energía muy débil y ya sé que esa persona esta transitando la última etapa de esta encarnación. Le mando luz, hago lo que me llega qué debo hacer, y acompaño a los seres queridos que me contactaron, ya que sé que en esas instancias solo nos queda eso, ofrecer luz, amor, y acompañar.

Es doloroso y también muy complejo el modo en el que podemos transmitir lo que nos llega, ya que muchas veces no sabemos cuán preparadas están las personas para el momento del desapego físico. Yo dejo que las cosas fluyan, que las charlas vayan mostrando lo que se pude decir y el modo, no se trata de agregar sufrimiento al sufrimiento, se trata de comprender, de ayudar, de empatizar ante el dolor que nos es común a todos, ya que por más preparados que estemos, las pérdidas de seres queridos siempre son dolorosas, siempre nos dejan inmersos en un vacío profundo que solo el tiempo puede llenar, un vacío del que salimos a medida que nos reencontramos con la energía de ese ser que partió en todo lo creado, y eso es una de las cosas que siempre intento dejar, el camino que conduce a la esperanza de reencontrarnos en la luz, en la luz de la que todos venimos, en la luz en la que somos uno.


Ale Flores

12 de Julio de 2018



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