Mirar el fuego también es
meditar.
Escuchar música, escribir, leer.
Fijar la atención en una sola
cosa y dejar que el ruido mental se desvanezca, es meditar.
Por eso recomiendo que tengan
perros y/o gatos, ya que ellos nos buscan cuando sienten que estamos estresados
y jugando o acariciándolos el estrés se va.
Son también una gran compañía,
nunca estamos solos cuando tenemos una mascota en casa.
En este momento escribo con Uma
totalmente recostada sobre mi, siento el calor de su cuerpito que ocupa una
superficie cercana al 1% del mío, pero de todas maneras su presencia es
notable, y cuando por algún motivo no está en casa, su ausencia se nota.
Escucho música, la música que
escucho cuando escribo, entre texto y texto me detengo en sus notas musicales y
todo el tiempo las vibraciones que el autor grabo en ellas se equilibran con
las mías.
Guardo silencio un instante para
cruzar el puente musical de la canción, es el trayecto que me conecta a Dios,
cierro los ojos y escucho. La música resuena en mi corazón que es la casa del
señor en mi cuerpo, y de ahí se expande a cada una de mis células que vuelve a
vibrar en armonía.
Navego en la profundidad de la
música que recorre mis venas llegando hasta mis pelos y hasta los dedos de mis
manos y pies.
Así me quedo, navegando por mi
cuerpo a bordo de las notas musicales.
Aquí me quedo, hasta llegar al
puerto de mi ser.
Ale Flores
20 de Mayo de 2018
La Merecida
Living
Con Uma
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