lunes, 15 de enero de 2018

A Laura Grange



“Al menos ya se de que me voy a morir”, fue una de las primeras cosas que me dijo Laura, cuando la contacte por facebook después de leer un posteo donde hablaba de la última oportunidad que según los médicos tenia para salvarse de la muerte, el único tratamiento que quedaba por probar para ver si su cuerpo reaccionaba y los tumores empezaban a reducirse, así, de a poco, entre risas y sentencias tan firmes y fuertes como la que inicia este relato nos fuimos conociendo. Yo trataba de darle esperanzas, le decía que la invitaría a salir y que nos reiríamos de todas las cosas que había atravesado, me quedaba sin palabras ante su relato acerca de los dolores que no cesaban, que por momentos eran insoportables, que los calmantes no le hacían efecto. Así y todo siempre había algo de humor en nuestras charlas. Yo trataba de levantarle el ánimo, porque sentía que era lo único que podía hacer, que su destino ya estaba sellado.

No llegamos a vernos personalmente, ambos vivíamos en Buenos Aires, a varios kilómetros de distancia, aún conservo nuestras última conversaciones, en una de ellas al finalizar le dije, “deseo de todo corazón que estés bien”, y es el mismo deseo que tengo hoy para su alma.

Un tiempo después vi una foto anunciando su partida. Junto con su ausencia sentí que su cuerpo ya no sufría, la podía ver en paz, comenzando a sobrevolar la tierra en su elevación espiritual. A partir de ahí le rezo, le dedico oraciones a su alma y quiero recordarla, recordarla como alguien que alguna vez me hizo reír en medio de los profundos dolores que sufría, alguien que sabía que partiría, pero acompaño mi dolor ante la inminente partida de mi perra Felicia como si fuese más fuerte que el que ella misma sufría.

Alguien que se ganó mi respeto, y es por eso que quiero que su paso por la tierra trascienda, que sea recordada por quien encuentre en estas palabras que en este momento pasan a ser eternas en la eternidad de la web, palabras tan libres como su espiritu, para que quien sienta que sufre algún dolor reciba la fortaleza de Laura, un ser maravilloso que apareció durante un instante por mi vida, y cuyo brillo permanecerá siempre en las vibraciones de mi voz.

A Laura Grange.

Que Dios la tenga en la gloria y que su alma descanse en paz.


Ale Flores

15 de Enero de 2018





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