No puedo escribir.
Conny se acostó sobre mi libreta
y no me lo permite.
Busco mi mano para que la
acaricie y eso hice, también llegó Kika buscando caricias y se las dí, entonces
Conny desplazo mi mano con su cabeza y la apoyó sobre la libreta, tal vez
reclamándome la misma atención que le estoy dando al soporte en el que escribo.
Ahora me mira de reojo, como
tratando de entender el modo por el cual podre escribir si ella no levanta su
cabeza del papel. Me mira como diciéndome “acá estoy yo, este es mi momento de
recibir caricias, después le llegará el turno a este papel”. Y tal vez tenga
razón, así que compañeros, aquí los dejo, me voy a acariciar a mis perras.
Ale Flores
8 de Julio de 2017
La Merecida
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