Cuando nuestros pensamientos son
grises, oscuros, nuestras células los sienten, y se enferman.
Los pensamientos se graban en
las emociones y somos emociones dentro de un cuerpo físico.
Hacerse mala sangre es eso, es
enfermar nuestra sangre con pensamientos que constantemente hacemos vibrar
sobre el cuerpo.
Es difícil para las mentes
preocupadas estar en paz, por eso es necesario encontrar momentos de conexión
con nuestra propia fuente y desde ella lograr iluminar nuestros pensamientos
para sanar el cuerpo.
La respiración es fundamental en
este proceso, respirar varias veces lento, pausado y profundo ayuda a frenar la
mente y purificar la sangre.
Agradecer cada mañana por tener
la posibilidad de vivir un nuevo día, y cada noche por todo lo vivido es parte
de estar en gratitud con la vida, y la gratitud nos lleva al estado de gracia.
Hoy quiero darle gracias a las
células de mi cuerpo, a mi sangre, a mis glóbulos rojos, a mis plaquetas, a mi
medula, a mis huesos, a mis órganos. Gracias a mi corazón, a mis arterias, a
mis pulmones.
Gracias a la vida por darme
vida, gracias a la materia por darme un cuerpo, y un mundo donde experimentar
mi aprendizaje en la tierra.
Y gracias a Dios por darme la
posibilidad de estar en paz, dando gracias.
Solo desde la paz podemos crear
paz.
Solo desde la paz podemos
iluminar nuestra mente.
Solo desde la paz podemos
sanarnos.
Ale Flores
14 de Abril de 2017
La Merecida
Especio Sagrado
Altar de Fuego
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