Lo que estoy poniendo aquí no
son palabras, son rayos de luz.
Tu mente te dirá que son palabras,
pero tu espíritu reconocerá los rayos y los aceptará. Si lees estas palabras
con tu corazón, los rayos llegarán a tu mente y la iluminarán.
Ahora escribo un rayo de luz azul, para que nuestra
voluntad potencie nuestra comunicación.
Pongo un rayo rosa, para que
esta unión sea amorosa.
Imprimo un rayo violeta, para
que transmute cualquier energía negativa.
Un rayo naranja, para que
tengamos certeza en lo que hacemos.
Escribo un rayo verde, para que
obtengamos sanación.
Tomo del universo un rayo dorado
de sabiduría, para dejar acá y que nos nutra a los dos.
Traigo un rayo celeste desde el cielo para que descienda sobre nosotros la
calma.
Un rayo rojo lleno de pasión hago
aflorar de la tierra, para que pongamos pasión en la unión con los rayos.
Y finalmente pongo un rayo
blanco, ya que el blanco es la pureza y la unión de todos los colores, este
rayo que ves en estas palabras está bajando desde el cielo y llega a tu cabeza
si te concentras lo vas a sentir, dejalo entrar y que recorra todo tu cuerpo
llegando a tus pies, uniendo el cielo con la tierra para que vos también seas
un vórtice de luz. Si lo logras permitirás que las energías del padre cielo y
la madre tierra se unan, te nutrirás de ambas energías, como hacen los arboles
y las plantas.
Sentí como de tus pies salen raíces
que te unen al centro de la tierra, y extendé tus brazos al cielo, como ramas
de un gran árbol.
Respira sabiendo que cuando
exhalas liberas oxigeno que es sanación para todo el universo.
Ahora ya no necesitas sanación,
sos sanación, y desde tu sana-acción podes ofrecer sanación al mundo.
Ale Flores
9 de Abril de 2017
La Merecida
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