lunes, 20 de marzo de 2017

La vida es un viaje


Tal vez todo que he escrito hasta ahora me parezca viejo, como de otra vida, como de otro tiempo. Estoy generalizando, lógico, pero es una profunda bisagra que nos separa de lo que somos un viaje, con lo que fuimos antes de emprenderlo.

Al volver nos encontramos con nuestros espacios, con nuestras rutinas, con las noticias locales y haber viajado nos recuerda que el mundo es grande, que hay otros escenarios, otras realidades, pedazos de otros tiempos dispuestos a ser descubiertos por los ojos que se atrevan a viajar, viajar como concepto de animarse a salir de la rutina y descubrir otras formas de ver el mundo, de vivir la realidad. Otras formas de convivir con las mentiras de los políticos y de quienes nos cuentan mentiras.

Viajar nos abre la cabeza, nos expande el corazón porque aprendemos a amar sitios ajenos a lo que creemos nuestro.

Trato de tener vivo mi último viaje, como si el miércoles fuéramos a la audiencia general del Papa Francisco en la plaza San Pedro, o si esta noche cenáramos con Micky en Madrid.

Trato de ser consciente de los universos paralelos con los que convivimos todo el tiempo sin ser conscientes que están, que respiran, que viven.

En este momento alguien duerme bajo las estrellas, alguien contempla la Fontana di Trevi, o ve un amanecer. Algún avión aterriza. Alguien inicia un viaje.

El mundo se está moviendo, está evolucionando y nosotros somos parte de él.

Las mentes pequeñas son manipulables, las mentes expansivas, las que ven más allá son las que llegan más allá.

La vida en sí misma es un viaje.

Un viaje que recorremos.

Un viaje que nos queda por recorrer.


Ale Flores
18 de Marzo de 2017
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado

Altar de fuego




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