martes, 28 de marzo de 2017

Como hijo de Dios


Hoy estoy descalzo, mis pies están sobre la tierra.

Mi mente en calma, y desde la calma lleva paz a mi corazón.

Mis perras también descansan, están recostadas cerca de mi, me custodian y saben que yo también a ellas.

Todo está en calma, se respira calma.

Kika busca hacer de mis sandalias una almohada y quedarse dormida junto a mi.

Tres velas arden en mi altar de fuego, el humo de los sahumerios se deja seducir por una leve brisa que lo invita a caminar tumbo al oeste.

Kika ya se logró dormir, Conny lo hizo hace rato. Felicia me mira y se vuelve a recostar, ella lee mis pensamientos, escucha mis vibraciones.

Se termina la tinta de la lapicera con la que escribo, otra más de tantas que han pasado, tengo repuestos guardados, no me quedare sin escribir, no dejare de sacar las energías que vine a sacar.

He escrito muchos textos en este lugar, los escribo para limpiar mi mente e iluminar mi corazón.

Descalzo mis pies para descargar en la tierra energías que ya no me corresponden, y tomar de ella las que necesito para seguir.

Aquí todo es calma, y desde esta calma puedo soltar la baja estima, los miedos, las inseguridades que me alcanzan como a todo ser humano.

Cierro mis ojos, me quedo escuchando los pájaros, la música y la voz que me guía a fluir.

Sé que sin calma no hay paz, y sin paz no hay confianza, no hay estima, ni certeza.

Aquí recuerdo que YO SOY un hijo de Dios, que los asuntos terrenales son de la tierra, que YO SOY de la luz, que estoy de paso, y no existe el fracaso.

He vuelto a la paz desde la que fluye la energía que me mantiene vivo.

La energía que hace latir mi corazón.

La energía Real, ya que proviene del Reino del cual soy su heredero, como hijo de Dios.


Ale Flores
28 de Marzo de 2017
LA Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado

Altar de Fuego



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