Esperaste
mi llegada,
aquel 15
de febrero.
Eran las
21:45,
cuando
varón, dijo el partero.
Muy
pocas veces nos vimos,
o al
menos así lo recuerdo,
me
conociste en mis textos,
te
conocí por recuerdos.
Supe que
tuviste una hija,
que
falleció muy pequeña,
que su
partida es tu pena,
tu
triste condena.
Y si hoy
te escribo,
es para tocar tu alma,
para que
sientas la calma,
que tu
hija necesita,
sintiendo
que su mamita,
acepta
que a Dios haya vuelto.
Ya
comprenderás el proceso,
tal vez
no en este plano,
pero
seguro es en vano
segur
cargando esa cruz,
eleva tu
mente a la luz,
para que
su alma en paz descanse,
ella es
un ángel,
solo
necesitó tu cuerpo
para
poder consagrarse.
Ya no te
culpes,
no te
reproches,
no
podías cambiar el rumbo,
solo
podes aceptar,
aceptar
lo que parece injusto.
Cuando
tu corazón se apague,
y dejes
en la tierra tu cuerpo,
volverás
a estar con ella
en el
presente eterno.
Si Dios
te dejo aquí,
es
porque aun tenes algo que hacer,
será
mejor comprender,
aceptar,
perdonar,
y así
poderte elevar,
para
volver a la luz.
Magdalena
deja esa cruz,
ya no la
debes llevar,
aceptar
y perdonar,
es un
gran acto de fé,
si Dios
te puso esta prueba,
es
porque la podes superar.
A Magdalena Rossi.
Ale
Flores
21 de
Enero de 2017
La
Merecida
Silla
Azul
Espacio
Sagrado
Altar de
Fuego
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