Así como el fuego de una vela
lucha contra el viento que intenta apagarla, nosotros luchamos para vencer
nuestros prejuicios, nuestros miedos, nuestras inseguridades.
Los vemos reflejados en otros,
en situaciones de la vida cotidiana, pero solo representan lo que tenemos, no
son externos sus orígenes, son manifestaciones de procesos internos.
Vamos venciendo miedos,
trascendiendo preocupaciones, el universo nos da herramientas y las
experiencias nos hacen crecer.
El viento se calma.
El fuego de la vela baila
suavemente y se eleva.
La cera se consume, como se
consume el tiempo de nuestro paso por la tierra; ¿A qué le vamos a dedicar el
tiempo que nos queda?
¿A los miedos?
¿A las inseguridades
¿O a ser?
Si el origen de la intención es
noble, la acción es noble.
Si la acción es ser, nos sirve
para crecer.
Ale Flores
27 de Noviembre de 2016
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
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