¿Alguna vez pensaste en todo lo
que hace un árbol por vos?. ¿En todo lo que te ofrece, todo lo que te da?
Tal vez pasaste frente a muchos
árboles que ni siquiera miraste, pero ellos no te dejaron de saludar,
salud-dar.
Ellos llevan en si la sabiduría
ancestral, grabaron el paso del tiempo en sus ranuras, hasta se han convertido
en piedras para conservar información de tiempos lejanos.
Esos árboles saben de vos,
conocen tu historia y tu futuro, no te quitan nada, solo te dan.
Los arboles merecen tu respeto,
los arboles merecen tu gratitud, de esos árboles están hechas las maderas de tu
cama, tus muebles, la mayoría de los elementos que cotidianamente usas, salieron
de la esencia de los arboles.
Los arboles merecen gratitud,
inmensa gratitud.
Los arboles merecen nuestro
respeto, nuestro amor.
Saluda a un árbol, da salud a un
árbol como gratitud por ser alimento en tu vida.
A los arboles.
A todos los arboles.
Ale Flores
28 de Agosto de 2016
La Merecida
Living
Podes escuchar este texto que fue leído en Pop Radio, FM 101.5, por Veronica Merigo, en el siguiente vídeo:
También lo encontras en este enlace:
29 de agosto Día del árbol
Muchas culturas antiguas tenían la seguridad de que plantas y árboles poseían un tipo de energía vitalizadora, siendo ésta beneficiosa, a la vez que curativa, para el ser humano. Actualmente estamos regresando a este conocimiento, por tanto tiempo marginado, y comprendiendo que culturas como la celta, quienes pensaban así de los árboles, tenían razón en muchas de sus creencias.
La ciencia nos ha mostrado cómo las plantas y los árboles reaccionan a nuestros estados de ánimo, y aún más, poseen el suyo propio, así como memoria y capacidad de reconocimiento. Ahora estamos conociendo la capacidad que poseen para beneficiarnos a través del flujo de su energía y que podemos aprovechar con solo estar cerca de ellos, así como por medio del contacto físico.
Sentarnos bajo un árbol o tocarlo por un rato, nos ayudará a obtener parte de esa energía vitalizadora y curativa.
Volviendo a lo que pensaban antiguas civilizaciones, algunas creían que cada árbol poseía un tipo de energía específica. Por ejemplo, se pensaba que el pino fortalece el sistema respiratorio, el saúco favorece el funcionamiento del hígado y del bazo, así como el tejo ayuda a calmar las molestias de carácter reumático. Otros beneficios nos lo daría la encina que contribuye a la lucidez intelectual, el cerezo que tiene su influencia sobre los órganos sexuales, el abedul que nos ayuda a superar estados depresivos y de decaimiento anímico, o el castaño que aporta serenidad.
Más allá de clasificar cada árbol y sus beneficios específicos, la realidad es que nuestro organismo, y por ende nuestra mente, se ven altamente favorecidos si establecemos contacto con los árboles, aumentando nuestra vitalidad y salud gracias a ellos.
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