Ganar una batalla no significa
abandonar la guerra, ganar una batalla implica seguir luchando, y estar en
lucha es estar en conflicto, estar en guerra.
La guerra se gana cuando se deja
de luchar, lo que resiste persiste, y cuando fluimos las cosas se acomodan
solas, como por arte de magia.
Nuestro instinto de
supervivencia nos lleva a diferentes luchas, luchas que nacen en nuestros
miedos, miedos que nos alertan de situaciones peligrosas, pero ¿peligrosas para
quien o para qué?. No existe el fracaso, todo es experiencia, todo es
aprendizaje.
El miedo paraliza, y cuando una
acción parte del miedo lleva consigo el ego que se vio atacado, puesto en
peligro.
Lo contrario del miedo es la
certeza, la certeza que nace del amor, amor que es lo que realmente somos.
Ante el miedo, ante la aparente
amenaza debemos respirar, frenar la mente y dejar que aflore nuestro ser.
El instinto de supervivencia nos
sacara de situaciones difíciles en las que no tenemos tiempo de pensar, pero
cuando lo tenemos es mejor estar en paz para obrar desde el ser sin entrar en
guerras aunque creamos que podemos ganar la batalla.
Si el objetivo es la paz no
puede haber guerras.
Si el objetivo es abandonar las
guerras, dejemos de librar batallas.
Las batallas son del ego.
La paz es del ser.
Ale Flores
11 de Junio de 2016
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
Podes escuchar este texto que fue leído en las radios el 27 de Julio de 2016 en el siguiente vídeo:
También podes encontrar en este enlace la versión de Gustavo Romero de Radio 10: http://radiocut.fm/audiocut/la-paz-es-del-ser/ y en este la de Hector Rossi de Pop Radio: http://radiocut.fm/audiocut/la-paz-es-del-ser-1/
Si el objetivo es la paz, no puede haber guerras.
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