lunes, 23 de mayo de 2016

Gracias Don Horacio, genio y figura


Van quedando pocos de los grandes maestros, de los capos del tango, he tenido la suerte de ver a muchos de ellos, al Polaco Goyeneche, a Mariano Mores, Leopoldo Federico, Libertella, y he disfrutado como pocos al Maestro Horacio Salgán, que este año cumple sus primeros 100.

El Maestro  nació para dedicarle su vida al arte, ya que desde pequeño comenzó a tocar el piano, instrumento que aún hoy cree no conocer del todo, y busca seguir aprendiendo.

Sus manos, únicas, fueron capaces de tocarlo como nadie más lo hará, pero Dios es tan justo que le permitió heredar a su hijo Cesar el don, y es quien dirige la orquesta que fundó su padre hace más de 50 años, “El Quinteto Real”.

Creador como pocos, arreglador como ninguno, figura indiscutida entre los grandes de verdad, entre los que amamos el tango más que del firulete. Horacio toca y hace vibrar.

Pasé noches maravillosas en “El Club del Vino” disfrutando del dúo que conformaron durante toda una vida junto a otro grande, el Maestro Ubaldo de Lio que se fue hace unos. “Esa unión tan perfecta, más precisa que un reloj”, describí en las primeras líneas del primer texto que le dediqué.

He tenido la oportunidad hacerle llegar a Don Horacio algunos textos, y supe que tal vez en su alma vibro mi esencia. Me emociona imaginarlo como me emociona sentir las vibraciones de su alma cada vez que lo vuelvo a escuchar.

Querido por todos, amado, respetado, es el patrón de la vereda como lo han sabido llamar.

Músico de músicos, maestro de maestros, hasta Barenboim y Arthur Rubinstein lo supieron apreciar.

He sentido la presencia de los Ángeles en sus conciertos, supe que sería padre escuchándolo tocar.

Será eterno mi agradecimiento por su arte, por su obra, su paso por la tierra, y todo lo que en ella dejará.

Gracias Don Horacio, genio y figura.

Gracias por el arte, gracias por toda la eternidad.


Alejandro Flores

22 de Mayo de 2016




Horacio Salgán y Ubaldo de Lio


César y Horacio Salgán 


Quinteto Real


Leopoldo Federico, Mariano Mores, Horacio Salgán y Fernando Suarez Paz.


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