Todo dolor físico o emocional
representa un recuerdo.
Los dolores son recordatorios
del alma que nos indican que algo está mal. Que algo debe ser corregido, algo
debe ser perdonado.
Cuando re-sol-vemos, cuando
volvemos a ver el sol, las aflicciones se retiran, el cuerpo se sana, el
espiritu se ilumina.
Lo que persiste resiste, lo que
resiste persiste.
Llegamos al mundo desnudos y
desnudos lo dejamos. Desnudos, sin nudos, sin ataduras, sin apegos.
Trascender esas energías es
abrirle el paso a la luz, solo a la luz.
Aceptando el error, perdonando y
perdonándonos.
Agradeciéndole a la vida la
oportunidad de crecer, y amando su perfecta forma de mostrarnos la escalera que
nos lleva a la unión con el espiritu santo que todos somos, en el que somos uno
con la creación, uno con todos, uno con Dios.
Ale Flores
3 de Abril de 2016
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
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