Hay que saber escuchar al
cuerpo, cuando el cuerpo pide algo es porque lo necesita, cuando la boca se
seca quiere agua, cuando el cuerpo pide descanso, es simple…, pero lo
complicamos.
No escuchar al cuerpo tiene
consecuencias, siempre las tiene, algunas veces menos notorias que otras, menos
evidentes, pero van marcando el camino para las más pesadas.
Reconozco que me cuesta saber
parar a tiempo, reconocer lo que el cuerpo me dice y saber escuchar, saber
actuar. Pago las consecuencias, las he pagado con hernias de disco, fracturas,
hasta operaciones. El camino me llevo a comprender el camino, a entender que el
cuerpo avisa, que lo debo escuchar.
Me enseño a conocer la
diferencia entre estar cansado y no poder, porque siempre creí que tenía el
poder sobre el cuerpo, hasta que él se impuso y recostado termine.
Comparto estas palabras a modo
de liberación, para liberarlas a ellas, y para liberarme de ellas. Para aceptar
que debo dar el siguiente paso, que caer no es el fracaso, el fracaso es no
volverme a levantar. No hacer el intento de ponerme de pie, y fracaso es
también no darme cuenta cuando no es momento de seguir forzando el cuerpo y
dejarlo descansar.
Hay días en los que hay que
parar, porque el cuerpo pide descanso.
Ale Flores
17 de Abril de 2016
La Merecida
Sillón Rattan
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