Una chispa puede encender un
fuego, y así fue como la chispa de Uma nos encendió a nosotros otra vez en la
alegría de compartir nuestros tiempos con un cachorro de perro, esta vez con un
mini caniche toy que mi mujer decidió incorporar a nuestras vidas.
En su caso yo fui la esfinge que
tuvo que atravesar, yo no quería otro perro, ya estaba bien con 3, Felicia,
Kika, y Conny. Pero la vida se impuso y la vida de Uma crece junto a la
nuestra.
La chiquita supo ganarse su
espacio desde el primer día, logró con inteligencia, belleza, picardía y
testarudez hacerse su lugar en la familia.
Nos alegra.
Nos divierte.
Nos acompaña.
Nos devolvió el niño que tenemos
adentro, y nos puso nuevamente ante el desafío de criar a alguien, de educar a
alguien.
Y así llego Uma, la nena que
anda por toda la casa llevando sus juguetes de un lado a otro.
La nena que ocupa cada espacio
como propio, y sin pedir permiso se queda donde siente comodidad.
Uma, la que custodia a Serena.
Uma, un cuerpo pequeño, en un
alma inmensa.
Ale Flores
3 de Marzo de 2016
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
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