En la vida escolar tenemos
muchos docentes, y algunos maestros. Yo siempre recuerdo a uno, a un verdadero
maestro.
El Señor Moreira era el vice
director de mi escuela primaria, la escuela 15, Manuel Antonio Acevedo.
El Señor Moreira era un morocho
Salteño, su piel oscura hacia resaltar su blanco delantal.
Un día, en vísperas de las
vacaciones de verano entro al aula de mi 6º grado y hablando de ese asunto nos
pregunto si ya sabíamos donde las pasaríamos nosotros. Algunos, como yo,
teníamos la suerte de tener padres que podía llevarnos de viaje, otros, la
mayoría, no conocían el mar, o nunca habían podido salir de Buenos Aires.
Moreira, luego de escuchar mi
respuesta y las de otros que muy orgullosos respondíamos contentos cuales
serian nuestros destinos vacacionales, comenzó a hablar diciendo que él
esperaba con gran ansiedad las vacaciones en su Salta natal, ya que era ese el
tiempo que destinaba a viajar, comenzó a relatar sus viajes por África, Egipto,
China, nos hablaba detalladamente de los museos, de las catedrales, describía
con exacta precisión cada detalle por mínimo que pareciera. Nosotros, los que
habíamos contado que iríamos al mar o a la montaña sentíamos pequeños nuestros
destinos de cabotaje frente a tantos kilómetros, culturas, idiomas, costumbres,
paisajes, experiencias.
El relato era fascinante y su
emoción puesta en cada palabra invitaba a querer descubrir esas maravillas que
Moreira tan bien conocía. Hablaba de costumbres, describía viajes en barcos, en
globo, hasta en submarino. El tiempo se había detenido, todos, hasta la docente
de grado lo escuchábamos atentos. Pero en un momento, al concluir el relato de
uno de los viajes, se quedo en silencio unos instantes mirando nuestras caras,
leyendo nuestras expresiones de asombro, un asombro que no distinguía sexos ni
clases sociales, y tras ese silencio prosiguió:
“¿Saben una cosa?”, dijo como
preguntando, “Yo nunca pude salir de Salta hasta que vine a vivir a Buenos
Aires”. “Todos los viajes que les relate los hice leyendo. Yo esperaba mis
vacaciones para poder ir a la biblioteca de mi pueblo a buscar los libros que
me permitieron conocer todos esos lugares a los que económicamente no podía
acceder”.
De esa forma su relato nos
igualó a todos, nos puso a todos ante la misma posibilidad de maravillarnos
ante las maravillas del mundo, ya que estoy seguro que el maestro conocía mejor
el detalle de cada lugar mejor que muchos de sus visitantes.
Ese fue Moreira, lo único que
recuerdo de él es lo que acabo de contar, esa experiencia tal cual la conté,
nada más.
Fue una enseñanza que supo
grabar en mi a los 11 años, y hoy con 42 la cuento. Fue esa la última vez que
me sentí superior a alguien por la marca de mis zapatillas, por el auto de mi
papá, si alquilaba o era dueño del lugar donde vivía.
El Señor Moreira, ese maestro,
me enseño que se puede ser muy rico sin siquiera salir de su casa, con solo
leer un libro, y muy pobre viajando por todo el mundo.
Al año siguiente termine la
primaria y nunca más supe de él. Varias veces he contado esta historia y cuando
lo hago recuerdo su sonrisa, su cara con una gran cicatriz en una de sus
mejillas que solo desaparecía ante su sonrisa.
Paso el tiempo, paso vida y aun
lo recuerdo, y en estas palabras le envió luz a su energía, energía que está
grabada en la mía
La energía de un maestro, un
maestro que marcó mi vida.
Ale Flores
3 de Abril de 2015
La Merecida
Silla Azul
Espacio Sagrado
Altar de Fuego
Gracias por estar.
Mi amor de Dios hacia vos.
"Lo que te envío
acá no son palabras, es vibración, si centras tu atención en ella la sentirás,
te envío luz, luz y amor."
“La vida es un regalo,
el envoltorio la mente. Sólo hay que abrirla para disfrutar el presente.”
Solo por hoy no te enojes.
Solo por hoy no te preocupes.
Solo por hoy se agradecido y humilde.
Solo por hoy se honesto.
Solo por hoy se bondadoso con los demás.
"Si lo que hago además de a mi le sirve a alguien,
mi misión está en marcha."
"Si Logras Unir Tu Mente A Tu Corazón Serás Una
Buena Persona, Si Logras Unir Tu Corazón A Tu Mente Serás Un Iluminado."
"Quien
teniendo la posibilidad de recibirlo, no se abre para acepta el amor que habita
en vos, se está perdiendo lo más maravilloso de la vida."
Soy Reiki
Yo Soy
Si
Dios fue capaz de crear una semilla que puede convertirse en árbol y dar
frutos, ¿te imaginas todo lo que
podes hacer vos?
Dios obra a través tuyo.
Ale Flores
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