45 minutos acabo de programar en la bicicleta del gimnasio, bajo de hacer 20 de cinta y mi remera ya luce figuras dibujadas por el sudor.
Es enero, y en Buenos Aires el calor debe andar por los 36 grados. La humedad de mi querida Buenos Aires hace que esta sensación de calor sea aun mayor, y que el cansancio se note mucho mas.
Tengo mi agua, la voy dosificando, en esta época por más que parezca mucha el agua siempre es poca, y es necesaria, muy necesaria para compensar la pérdida de liquido producto del sudor.
Sé que algunos dirán que este mensaje nada tiene de espiritual, y creo que si, que tal vez tienen razón, pero creo que ya saben que lo que hago es plasmar sentimientos en párrafos, más allá de juzgarlos apresuradamente o rotularlos en mi mente.
Lo cierto es que desde hace algunos meses decidí darle importancia a mi cuerpo, hacía mucho tiempo que solo pensaba en mente y espíritu, como que me había olvidado que sin cuerpo la mente no tiene espacio donde experimentar, y el espíritu flota en el éter sin forma física visible al ojo humano común.
Es por eso que sigo aquí, a pesar del calor, del cansancio, de la humedad. De ser un dia hermoso para ir a darle de comer a los patos de Palermo, o de aprovechar la poca gente que hay en esta segunda quincena de enero para recorrer una casi vacía Buenos Aires, un momento ideal para ser turista del lugar que me vio nacer, sin embargo aquí estoy, dejando que mis piernas den vueltas alrededor de un piñón de bicicleta fija, tratando de no levantar la vista para espiar que recién van 8 minutos 53 segundos de este interminable andar.
Paso mi mano por mi frente levantando los pelos que se pegan al sudor, un instante de frescura que pasa como pasan los segundos del contador de este tablero.
Aun falta mucho, la escritura me distrae, me apoyo en la atención que supongo pondrá alguien al leer este texto, si es que alguna vez llega a ser leído por alguien.
He sembrado una vida de textos, un blog lleno de notas a las que todo el mundo puede acceder, y algunos libros terminados que pronto publicaré, siento que está llegando ese momento, de sacar a la luz los libros que he escrito, el primero que termine, "Mi encuentro con Dios" donde cuento mi vida hasta que llegue a ser Soy Reiki, ese encuentro con mi ser superior por el cual muchas veces me expreso. "Manos Energéticas" en el que intento certificarle al lector que todos podemos transmitir energía con nuestras manos, y con nuestros cuerpos. "Observar, Aceptar, Perdonar y Ser" un libro en el que detallo los cuatro pasos a la iluminación. "Una Historia que contar" un viaje hasta mi propio ser donde cuento mis vacaciones en Venezuela del año pasado, y el libro sobre la vida de mi viejo, un libro que inconscientemente no me animo a terminar, porque siento que hacerlo será eso, terminar el libro, cerrar esa etapa, la de su vida, sentir que aún le falta "algo" es como un lazo que aun me mantiene cerca suyo, y a pesar de sentirlo cerca, a veces siento que ese objeto de esta tercera dimensión aun me es necesario.
Se que algunas voces se alzaran diciéndome que debo soltarlo, lo sé, y lo voy haciendo, prácticamente todos mis seres cercanos ya lo han leído, pero siempre aparecen testimonios nuevos, anécdotas, canciones, eso es lo que mi viejo sembró, y es quizás donde muchos lo están conociendo, y donde otros nos reencontramos con su ser.
Escribirlo fue una gran catarsis, y me cuesta leerlo y no emocionarme, pero siento que he dejado ahí emociones que me hubiese costado mucho tiempo liberar si no tuviese el hábito de escribir, si no me hubiese animado a expresar lo que debía poner en letras.
No quiero aburrirlos con mi relato, quizás un recorrido hacia ninguna parte, solo van 21 minutos desde que he empezado, y espero no quitarles la atención por mucho tiempo con este texto que quizás no le interese a nadie. Pero es lo que siento hacer en este momento. Mientras veo un gimnasio desolado, somos pocos los arriesgados que nos enfrentamos al calor de Buenos Aires para hacer gimnasia mientras calor respiramos.
Aun no llego ni a la mitad del tiempo que me he propuesto, ya ni siquiera siento el cansancio, esto es como algo automático, mis piernas pedalean mientras mis dedos chochan con las teclas de mi teclado, debe ser una imagen muy curiosa, un grandote con un telefonito entre sus manos, escribiendo desde hace 25 minutos, vaya a saber que mensaje y para que destinatario.
Tomo un poco de agua y me miro a espejo. Mi remera ya es un manto mojado, me alegra saber que estoy haciendo, la tarea que hace meses me he asignado.
Tomare un descanso el mes que viene, ya que en febrero me tomare un descanso, no solo del gimnasio será el receso, dejare por 2 semanas mi trabajo, quizás para refugiarme en las sierras cordobesa, o mirar el mar desde algún muelle en Mar del Plata, puede que también dedique ese tiempo a descansar muy tranquilo en mi casa. Mis perras siempre esperan que juguemos, que caminemos juntos por el pasto. Me custodian cuando medito, las guardianas que guardan mi descanso, es ahí, en mi casa donde mi centro de poder tengo, el lugar donde habitualmente medito y escribo, y donde en la más profunda paz me encuentro, con el maravilloso ser que Dios me ha dado.
Se que ese es mi lugar en el mundo, como lo es también Los Roques, y que se yo cuantos otros, el mundo está lleno de lugares en lo que podemos con nosotros encontrarnos. Dios nos dio un planeta maravilloso, y todas las posibilidades de disfrutarlo, es por eso que quiero viajar, salir de casa, sabiendo que los árboles me esperan pacientes, a que bajo su sombra vuelva a encontrarlos.
Ya no siento ni siquiera a mis piernas, mi botella de agua se ha ido al piso, patinado del asiento de la bici lindera, que hacía las veces de banquillo.
Falta poco. Me digo a mi mismo, dándome el ánimo que me falta para esta recta final, ya faltan solo 11 minutos, para completar el proceso iniciado. Ni el calor siento en este instante solo sudor y un leve fresco que el ventilador regala, acomodo mi cuello mientras escribo, la posición ya es rígida en mi espalda, estirare mis brazos un instante, dejare de escribir solo un momento, para extenderme al cielo, y de ese modo soltar mis músculos y aflojar mi cuerpo.
Que bien me hizo estirarme, fue como una renovación ese momento, de reojo mire el tablero de la bici, 36 minutos han pasado y no me detengo.
Hay poca luz ahora, supongo que el cielo se ha nublado, ojalá Dios nos mande bellas lluvias, que tanto necesitan las tierras y el ganado.
Dicen que lloverá el fin de semana, no lo sé, ya veremos lo que corresponde, si llueve meditare bajo la lluvia, y si no sucede bañare mi cuerpo con agua que he energizado.
Parece mentira que ya falta poco, solo 6 minutos quedan de lo que queda, después tomare un poco de agua y otros ejercicios me esperan.
Dice esta máquina que 12 kilómetros he recorrido, sin haberme movido a ningún lado. Dice también que consumi hasta ahora 433 calorías, y que solo 4 minutos me esperan para que escriba "he terminado", pero estoy bien, no siento cansancio, solo agua que recorre todo mi cuerpo, se que esta noche dormiré plácidamente, cuando logre el merecido descanso.
3 minutos mis amigos solo quedan, no puedo creer todo lo que he pedaleando, y mis dedos están ya acostumbrados.
La máquina anuncia el final del ejercicio, justo cuando siento mi garganta seca, mi cuerpo pide agua, sacaré mi sed en este momento. Les doy gracias por haberme acompañado, haciendo que este instante pase a ser eterno, quedara plasmada esta experiencia, en estas líneas grabada por siempre, formara parte de mi blog este texto, volara por el viento, hasta que encuentre un par de ojos donde reflejarse.
Gracias por la compañía, amigos, ha llegado la hora de cerrarlo.
Llegue al momento esperado, de poder escribir "He Terminado".
Es enero, y en Buenos Aires el calor debe andar por los 36 grados. La humedad de mi querida Buenos Aires hace que esta sensación de calor sea aun mayor, y que el cansancio se note mucho mas.
Tengo mi agua, la voy dosificando, en esta época por más que parezca mucha el agua siempre es poca, y es necesaria, muy necesaria para compensar la pérdida de liquido producto del sudor.
Sé que algunos dirán que este mensaje nada tiene de espiritual, y creo que si, que tal vez tienen razón, pero creo que ya saben que lo que hago es plasmar sentimientos en párrafos, más allá de juzgarlos apresuradamente o rotularlos en mi mente.
Lo cierto es que desde hace algunos meses decidí darle importancia a mi cuerpo, hacía mucho tiempo que solo pensaba en mente y espíritu, como que me había olvidado que sin cuerpo la mente no tiene espacio donde experimentar, y el espíritu flota en el éter sin forma física visible al ojo humano común.
Es por eso que sigo aquí, a pesar del calor, del cansancio, de la humedad. De ser un dia hermoso para ir a darle de comer a los patos de Palermo, o de aprovechar la poca gente que hay en esta segunda quincena de enero para recorrer una casi vacía Buenos Aires, un momento ideal para ser turista del lugar que me vio nacer, sin embargo aquí estoy, dejando que mis piernas den vueltas alrededor de un piñón de bicicleta fija, tratando de no levantar la vista para espiar que recién van 8 minutos 53 segundos de este interminable andar.
Paso mi mano por mi frente levantando los pelos que se pegan al sudor, un instante de frescura que pasa como pasan los segundos del contador de este tablero.
Aun falta mucho, la escritura me distrae, me apoyo en la atención que supongo pondrá alguien al leer este texto, si es que alguna vez llega a ser leído por alguien.
He sembrado una vida de textos, un blog lleno de notas a las que todo el mundo puede acceder, y algunos libros terminados que pronto publicaré, siento que está llegando ese momento, de sacar a la luz los libros que he escrito, el primero que termine, "Mi encuentro con Dios" donde cuento mi vida hasta que llegue a ser Soy Reiki, ese encuentro con mi ser superior por el cual muchas veces me expreso. "Manos Energéticas" en el que intento certificarle al lector que todos podemos transmitir energía con nuestras manos, y con nuestros cuerpos. "Observar, Aceptar, Perdonar y Ser" un libro en el que detallo los cuatro pasos a la iluminación. "Una Historia que contar" un viaje hasta mi propio ser donde cuento mis vacaciones en Venezuela del año pasado, y el libro sobre la vida de mi viejo, un libro que inconscientemente no me animo a terminar, porque siento que hacerlo será eso, terminar el libro, cerrar esa etapa, la de su vida, sentir que aún le falta "algo" es como un lazo que aun me mantiene cerca suyo, y a pesar de sentirlo cerca, a veces siento que ese objeto de esta tercera dimensión aun me es necesario.
Se que algunas voces se alzaran diciéndome que debo soltarlo, lo sé, y lo voy haciendo, prácticamente todos mis seres cercanos ya lo han leído, pero siempre aparecen testimonios nuevos, anécdotas, canciones, eso es lo que mi viejo sembró, y es quizás donde muchos lo están conociendo, y donde otros nos reencontramos con su ser.
Escribirlo fue una gran catarsis, y me cuesta leerlo y no emocionarme, pero siento que he dejado ahí emociones que me hubiese costado mucho tiempo liberar si no tuviese el hábito de escribir, si no me hubiese animado a expresar lo que debía poner en letras.
No quiero aburrirlos con mi relato, quizás un recorrido hacia ninguna parte, solo van 21 minutos desde que he empezado, y espero no quitarles la atención por mucho tiempo con este texto que quizás no le interese a nadie. Pero es lo que siento hacer en este momento. Mientras veo un gimnasio desolado, somos pocos los arriesgados que nos enfrentamos al calor de Buenos Aires para hacer gimnasia mientras calor respiramos.
Aun no llego ni a la mitad del tiempo que me he propuesto, ya ni siquiera siento el cansancio, esto es como algo automático, mis piernas pedalean mientras mis dedos chochan con las teclas de mi teclado, debe ser una imagen muy curiosa, un grandote con un telefonito entre sus manos, escribiendo desde hace 25 minutos, vaya a saber que mensaje y para que destinatario.
Tomo un poco de agua y me miro a espejo. Mi remera ya es un manto mojado, me alegra saber que estoy haciendo, la tarea que hace meses me he asignado.
Tomare un descanso el mes que viene, ya que en febrero me tomare un descanso, no solo del gimnasio será el receso, dejare por 2 semanas mi trabajo, quizás para refugiarme en las sierras cordobesa, o mirar el mar desde algún muelle en Mar del Plata, puede que también dedique ese tiempo a descansar muy tranquilo en mi casa. Mis perras siempre esperan que juguemos, que caminemos juntos por el pasto. Me custodian cuando medito, las guardianas que guardan mi descanso, es ahí, en mi casa donde mi centro de poder tengo, el lugar donde habitualmente medito y escribo, y donde en la más profunda paz me encuentro, con el maravilloso ser que Dios me ha dado.
Se que ese es mi lugar en el mundo, como lo es también Los Roques, y que se yo cuantos otros, el mundo está lleno de lugares en lo que podemos con nosotros encontrarnos. Dios nos dio un planeta maravilloso, y todas las posibilidades de disfrutarlo, es por eso que quiero viajar, salir de casa, sabiendo que los árboles me esperan pacientes, a que bajo su sombra vuelva a encontrarlos.
Ya no siento ni siquiera a mis piernas, mi botella de agua se ha ido al piso, patinado del asiento de la bici lindera, que hacía las veces de banquillo.
Falta poco. Me digo a mi mismo, dándome el ánimo que me falta para esta recta final, ya faltan solo 11 minutos, para completar el proceso iniciado. Ni el calor siento en este instante solo sudor y un leve fresco que el ventilador regala, acomodo mi cuello mientras escribo, la posición ya es rígida en mi espalda, estirare mis brazos un instante, dejare de escribir solo un momento, para extenderme al cielo, y de ese modo soltar mis músculos y aflojar mi cuerpo.
Que bien me hizo estirarme, fue como una renovación ese momento, de reojo mire el tablero de la bici, 36 minutos han pasado y no me detengo.
Hay poca luz ahora, supongo que el cielo se ha nublado, ojalá Dios nos mande bellas lluvias, que tanto necesitan las tierras y el ganado.
Dicen que lloverá el fin de semana, no lo sé, ya veremos lo que corresponde, si llueve meditare bajo la lluvia, y si no sucede bañare mi cuerpo con agua que he energizado.
Parece mentira que ya falta poco, solo 6 minutos quedan de lo que queda, después tomare un poco de agua y otros ejercicios me esperan.
Dice esta máquina que 12 kilómetros he recorrido, sin haberme movido a ningún lado. Dice también que consumi hasta ahora 433 calorías, y que solo 4 minutos me esperan para que escriba "he terminado", pero estoy bien, no siento cansancio, solo agua que recorre todo mi cuerpo, se que esta noche dormiré plácidamente, cuando logre el merecido descanso.
3 minutos mis amigos solo quedan, no puedo creer todo lo que he pedaleando, y mis dedos están ya acostumbrados.
La máquina anuncia el final del ejercicio, justo cuando siento mi garganta seca, mi cuerpo pide agua, sacaré mi sed en este momento. Les doy gracias por haberme acompañado, haciendo que este instante pase a ser eterno, quedara plasmada esta experiencia, en estas líneas grabada por siempre, formara parte de mi blog este texto, volara por el viento, hasta que encuentre un par de ojos donde reflejarse.
Gracias por la compañía, amigos, ha llegado la hora de cerrarlo.
Llegue al momento esperado, de poder escribir "He Terminado".
Ale Flores
19 de Enero de 2012
Reflexiones de Brazos
(Notas de Gimnasio)
“La vida es un regalo, el envoltorio la mente. Sólo hay que abrirla para disfrutar el presente.”
· Solo por hoy no te enojes.
· Solo por hoy no te preocupes.
· Solo por hoy se agradecido y humilde.
· Solo por hoy se honesto.
· Solo por hoy se bondadoso con los demás.
"Si lo que hago además de a mi le sirve a alguien, mi misión está en marcha."
Ale Flores
Ale Flores
"Si logras unir tu mente a tu corazón serás una buena persona, si logras unir tu corazón a tu mente serás un iluminado."
Hola Alejandro, hermoso relato!!!, soy deportista, hago triatlon, así que entiendo la satisfacción de sentirse "viva" en cuerpo y alma, particularmente este modo de vida que realizo todos los días me permite conectarme con mi esencia, mi mente se expande y me siento parte del todo, jeje!!
ResponderEliminarLeyendo tu relato lei sobre el agua que haz energizado, se puede saber como es el proceso?, muchas gracias y felices vacaciones, un beso
Gratitud!!!
ResponderEliminarHola! Aunque no lo creas me gusto tu relato! Me gustaría saber como haces para energizar el agua? Podrías contarme? Gracias
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