martes, 27 de diciembre de 2011

A mi vieja que la amo

Gracias por poder escucharte. Por poder mirarte, una vez más.

Gracias por siempre escucharme, incondicionalmente apoyarme. Gracias por siempre estar.

Gracias por mostrar tu corazón de madre, por ser siempre incansable, por no rendirte jamás.

Gracias por mostrarme el camino.

Gracias por ponerme en el camino del amor.

Gracias les digo a tus ojos, por haber vuelto a mirarme.

Gracias le digo a tu cuerpo, por permitirse abrazar.

Gracias por siempre brindarte, gracias por siempre, mamá.

Gracias, te digo, un gracias gigante, como tu ser tan brillante, tan grande como tu corazón.

Gracias porque en las buenas y en las malas nunca dejaste que una bala atraviese mi corazón.

Gracias por cuidarme de todo, y por amarme a tu modo, con el amor de una gran mamá.


Ale Flores
26 de Diciembre de 2011

A mi vieja que la amo.

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