Gracias padre por Venezuela

Acabo de desayunar Arepas, simples, ¿de que otro modo podrían ser unas arepas preparadas por un argentino que hace 11 años no regresa a Venezuela?

Para quienes no saben las arepas son una comida típica venezolana que se prepara con harina de maíz, es como un pan que se abre y rellena con diferentes cosas, desde queso hasta preparaciones con carne, pollo, cerdo, en fin.

Las mías de hoy fueron de queso, mientras las disfrutaba reviví mentalmente mi estadía allá. ¡Que país maravilloso!. ¡Que gente amable!. Cuanta cultura. Cuanta luz.

Cuanta vida hay en el sol que brilla todo el año.

Venezuela fue clave en mi evolución, ya que llegue a ella inmerso en la más profunda oscuridad, tanto que me costo ver su brillo hasta que el universo me llevo a reencontrarme con la naturaleza, con el mundo que habita en los mares y que jamás había visto en esta vida.

Un día pedi prestada una mascara de buceo y me zambullí en el lugar que me indicaron que había una barracuda, fue en un cayo de Morrocoy, un lugar que cuando lo vi sentí que si existía el paraíso debía ser como ese lugar. Me lance al agua, ni bien se disiparon las burbujas producidas por mi abrupta y torpe llegada al agua, las burbujas eran como un telón que se abría ante mis ojos que descubría la maravilla del mar, frente a mi una barracuda apareció, parecía estar tan asombrada como yo, aunque parecía haberme estado esperando. Yo desconocía su peligro, por lo que jugué con ella como un niño. Se movía cautelosamente ante el movimiento de mis brazos, pero siempre viéndome y yo a ella. De pronto vi que estaba rodeada de una fauna marina deliciosa, llena de colores y formas. Como un desfile de vida frente a mí.

Sellamos un pacto de amor mutuo que siguió y sigue.

Al regresar de la playa compre mi equipo de snorkel y mascara, cada vez que toque el mar fui en búsqueda de ese mundo. Un mundo que a medida que lo descubría le daba sentido a mi vida y solo deseaba volver a ese encuentro, a esa conexión como la que viví con la barracuda.

Viví muchas experiencias en las que sentí contacto con los peces, todas muy agradables y maravillosas. Descubrí lugares soñados como Choroni y Los Roques. Volví cada vez que pude a esas aguas, a esos mares llenos de historias de piratas e invasiones. Llenos de historias de amor y pasiones. De las postales más bellas.

Por eso amo a Venezuela.

Porque el calor del sol hace que todo florezca. Incluso en su gente que luce su belleza en sus hermosas mujeres.

Amo a Venezuela y le estoy agradecido por su ayuda en mi despertar.

Gracias Venezuela.

Gracias padre por llevarme a Venezuela.

Gracias padre por Venezuela.


Gracias por estar.


Mi amor de Dios hacia vos.


Soy Reiki



Yo Soy

"La vida es un regalo, el envoltorio es la mente, solo hay que abrirla para disfrutar el presente."