lunes, 13 de julio de 2009

Estoy Feliz
















Aun no hacen 24 horas desde que llegue a Mar del Plata y ya soy otro tipo.

Me siento relajado. Feliz. Tranquilo.

Camine por las calles que recorrí toda mi vida, fui a ver el mar desde la escollera sur.

Me reencontré con mi amigo, el mar, el cual ni bien me vio me invito a abrazarlo.

Sentí la necesidad de tocar el agua con mi cuerpo, de dejarme abrazar por su fuerza, por su potente energía.

En este momento la temperatura no debe ser mayor a 4º grados y durante ese día no creo que haya superado los 12º.

Estoy en un piso 24 frente al mar, desde donde veo desde la punta de Cabo Corrientes hasta el horizonte hacia Mar Chiquita.

Veo la inmensidad del mar que se pierde en el horizonte. A esta hora hay barcos pesqueros que flotan en el medio del mar.

Mar del Plata es una maravilla, una ciudad extraordinaria.

Una ciudad que tiene luz, que tiene amor.

Su mar es de color verde esmeralda y para mi este mar es único. Un mar con vida propia.

El aire de esta ciudad es esa mezcla de aire fresco y salitre, es un Spa para el cuerpo caminar y respirar el aire de este lugar.

Sentí que debía hacer este viaje.

Mi hija esta feliz, mira la tele desde su cama y me dice que me quiere, se levanta, me da un beso y otro a mi mujer, su mamá, ella teje a mi lado preparando una bufanda respondiendo a un encargo.

Mi familia esta feliz, yo estoy feliz.

El balcón del departamento da sobre una playa en la cual yo hace mas de 20 años trabajaba ayudando a mi primo que alquilaba Kayaks. No cobraba, lo hacia por que deseaba que le fuera bien y el me lo agradecía prestándome alguno. El próximo jueves opera a mi mujer. Es un reconocido oftalmólogo y un gran padre de familia.

Y acá estoy yo, sintiéndome tan bien como nunca imagine que estaría.

Pudiendo obsequiarle a mi familia este cúmulo de instantes que quedaran en nuestras mentes.

Un entramado de registros akashicos que simularan la apariencia de la bufanda que teje mi mujer.

Mi hija me mira, se ríe, deja el control remoto y se sienta a mi lado, me pregunta si escribo en cursiva, me da un beso y se va al saber que escribo en imprenta, nuevamente esta en la cama, el control remoto es sostenido sobre su pecho con sus dos manos. Su atención se fijo nuevamente sobre la TV.

Aflojo mi cuerpo.

Estiro mi espalda y me voy a dormir.

Quiero descansar y levantarme para ver salir el sol por el horizonte detrás del mar.

Quiero respirar su energía, sentir su energía, tomar su energía.

Seguir disfrutando la calidez de este lugar.

Viviendo la identidad de este lugar.

Respetando la armonía de este lugar.

Estoy Feliz.

Estoy en la Feliz.

Estoy en Mar del Plata.

Gracias por estar.

Mi amor de Dios hacia vos.

Soy Reiki

Yo Soy

Soy Alejandro

2 comentarios:

  1. Si pudieramos lograr que la vida sea una cadena de momentos como los que acabás de escribir... y por qué no? Es la felicidad de las pequeñas/grandes cosas: el sonido de las olas del mar, el aire fresco y salado en la playa, la sonrisa de un hijo, la presencia silenciosa de tu pareja, respirar profundo y sentir todo esto y más con intensidad.
    Me alegra mucho leer que lo estés pasando así de bien!!
    Un gran abrazo,
    Paula

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  2. ¡¡guau que belleza!!,cuanta felicidad expresada en tu texto,me alegra mucho por ti y por tu familia que esten viviendo tan lindos dias,me alegra ese encuentro contigo mismo,con tu yo interior.Imagino toda esa energia con la que regresaras recargado de tu viaje y todas esas cosas hermosas que escribiras a tu regreso,a las que aveces le buscamos la explicacion pero no la tienen,porque solo se leen,se sienten,se saborean y ya,nos quedamos asi como que....no se,pensando mucho despues de leerlas,por lo menos a mi me sucede asi,entonces sonrio,tomo un respiro y ya.
    Deseo lo mejor para tu esposa en la operacion,todo saldra muuuy bien.
    Continua en ese estado de felicidad,sigue sumergiendote en ella y llenando cada fibra de tu ser,por mi parte feliz por ti. Un gran abrazo

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