Le pedí
permiso al árbol,
para
cortarle una rama,
y el
árbol me autorizo,
él
sabía que mi intención era sana.
Sin
embargo aún me apena
ver esa
rama partida,
sabiendo
que dentro suyo
fluye
sabia que es vida.
Necesitaba
cortarla
para
preservar mi espacio,
lo
medite despacio,
busque
el modo de mantenerla,
pero al
llegar el verano
empecé
a escribir estas letras.
Es un
árbol que conforma mi espacio.
mi
altar de fuego.
Un
hermoso alcanfor
al que
mucho quiero.
Me
protege.
Me
acompaña.
Me
guía.
Me
cuida.
Me
recuerdo que ellos guardan
la
verdad de la vida.
Ellos
ya estaban aquí,
antes
que yo llegará.
Contemplan
cuando me voy,
presienten
mi llegada.
Ellos
seguirán aquí,
cuando
mi cuerpo sea suyo.
Será mi
carne la tierra,
y su
madera, mi orgullo.
Ale
Flores
30 de
Enero de 2016
La
Merecida
Silla
Azul
Espacio
Sagrado
Altar
de Fuego