Cuando
tomé el primer nivel de Reiki, el universo me ubico al lado de una gran
maestra, Angélica, de quien varias veces he hablado, su nombre era el mismo que
el de mi abuela materna, y era oriunda de San Pedro, la localidad en la que había
nacido Severo, mi abuelo materno, supe al conocerla que era alguien compatible
a mi, nos caímos bien, nos entendíamos, nos reíamos y yo me atrevía a hacerle
chistes, a pesar que ella podía ser mi abuela, pero su humor los aceptaba, era
como mi abuelo, al que también le gustaba reírse y hacer reír.
Yo
llegaba temprano a los intercambios de Reiki, entre otras cosas, porque sabía
que ella también lo hacía, y eso me permitía distenderme hablando con ella,
hasta que llegaba el momento de iniciar nuestras prácticas.
Un día
me empezó a contar algo de su vida, yo estaba atento a los chistes que podía hacerle
dentro de su relato, pero una voz dentro mío me dijo claramente, “escucha lo
que te va a contar” y el silencio se apodero de mi, atentamente escuche cada
una de sus palabras, me conto de su padre, un sanador natural que se le había presentado
años después de su fallecimiento, para orientarla en la sanación de Antonio, su
marido que sufría de divertículos intestinales. Me conto su logro, al que los médicos
llamaron “milagro” siempre recordé sus palabras, supe, a partir de ese día, que
esa simpática y coqueta señora era además una gran maestra espiritual, y de ahí
en más, además de acompañarnos en la vida, intente obtener de ella
conocimiento, sabiduría.
Un día
se ofreció a cortarme el empacho, y al hacerlo me dijo que no solo era empacho
lo que tenia, había sentido ansiedad, miedo, angustias, un sinfín de emociones negativas
que tras su intervención se diluían automáticamente. Eso hizo que creyera mas
en sus conocimientos, le consulte por la salud de mis familiares, y su nombre
se hizo conocido entre ellos y mis amigos, cada vez que alguien atraviesa una situación
que entiendo puede ser atendida por Angélica, no dudo en ofrecer su teléfono,
ella jamás acepto retribución alguna, le es suficiente con saber si su intervención
ayudo, no por ego, solo para saber si lo ella había visto era el problema.
Fui
creciendo en Reiki, ella siempre supo de mi potencial como hijo de la luz y me alentó
a creer, a ser, pero recurrentemente debía llamarla porque me dolía la cabeza o
estaba “ojeado” me daba cierta vergüenza hacerlo, y se lo decía, porque ya entendía
que debía tener la capacidad suficiente de sanarme yo mismo, ella también me lo
decía, pero siempre accedió a ayudarme, nunca se negó a extenderme la mano que
necesitaba.
Un día
me sentí mal, sabía que ella estaba superando una lesión en uno de sus brazos,
y que no podría sanarme a distancia, entonces solo pensé en ella, puse mi mente
en blanco y la visualice, la vi y me concentre en su energía, en sentir su energía,
fui sintiendo bienestar, me fui recuperando, hasta que me sentí bien. Volví a
hacer eso cada vez que lo necesite, y se lo conté en una de nuestras charlas, ella
se ríe, se pone contenta, sabe que no le queda mucho tiempo en este plano, y
yo le hago saber que es mucho lo que dejará cuando ya no este, porque su sabiduría
habita en mi y en quienes la bebimos, su amor quedará en mi y en quienes lo
recibimos.
Me
regaló 2 plantas de palta que crecen fuertes en mi jardín, la primera de ellas
lleva su nombre, Angélica, y así la saludo cada vez que la veo, felicitándola por
su crecimiento, deseándola que se haga grande, que de frutos, y algún día ellos
sean alimento, como lo son sus manos, y las palabras de ese ser que llevo a ese
carozo a ser planta, y me la entrego para que sea su presencia cuando ella ya
no esté encarnada.
Todos
tenemos una Angélica en nuestras vidas, solo tenemos que buscarla y saber que está
ahí, son ángeles en la tierra o donde quiera Dios que estén, pero están, nos
muestran el camino y nos dejan herramientas para que podamos desarrollarnos juntos con la vibración que de su ser irradian y siempre irradiaran, cuando fijemos
la atención en ellos, cuando busquemos la paz en la paz que nos han dado,
cuando busquemos la sanación en la sanación que nos han dado.
Todavía
tengo la suerte de hacer que estas líneas lleguen a los ojos de Angélica, se
las entregaré, porque quiero que en su ser quede algo mío, quiero devolverle un
poco de lo mucho que me dio, y que sepa que siempre, pero siempre nuestro espíritu
estará unido, porque siempre estará en mis pensamientos, y sus plantas ocuparan un lugar preciado en mi jardín, y sus frutos serán alimento de sanación.
Les
presento a Angélica:
Y a Angélica
Gracias
por estar.
Mi
amor de Dios hacia vos.
Ale
Flores
24 de
Abril de 2013
"Lo que te envío acá no
son palabras, es vibración, si centras tu atención en ella la sentirás, te
envío luz, luz y amor."
“La vida es un regalo, el envoltorio la mente. Sólo hay que
abrirla para disfrutar el presente.”
· Solo
por hoy no te enojes.
· Solo
por hoy no te preocupes.
· Solo
por hoy se agradecido y humilde.
· Solo
por hoy se honesto.
· Solo
por hoy se bondadoso con los demás.
"Si lo que hago además de a mi le sirve a alguien, mi misión
está en marcha."
"Si Logras Unir Tu Mente A Tu Corazón Serás Una Buena Persona,
Si Logras Unir Tu Corazón A Tu Mente Serás Un Iluminado."
"Quien teniendo la
posibilidad de recibirlo, no se abre para acepta el amor que habita en vos, se
está perdiendo lo más maravilloso de la vida."
Soy
Reiki
Yo Soy
Mis Libros en formato E-Book
"Mi Encuentro con Dios"
En este libro cuento la historia de mi vida, desde los inicios
de la misma hasta que me convertí en Reikista.
"Manos Energéticas"
Aquí te doy las herramientas para sentir la energía en tu cuerpo
y transmitírsela a terceros.
"Los 4 Pasos a la Iluminación"
Una guía muy simple sobre los 4 pasos trascendentes que te
permitirán brillar en la luz y ser quien sos.
"Una Historia que Contar"
Aquí cuento mi vuelta a Venezuela, país en el que viví durante
1998, es una vuelta a mi propio ser, un sueño cumplido, una historia que merece
ser contada.
Desde ya te agradezco tu interés por lo que hago, es para mí
toda una novedad ofrecer estos escritos y de este modo, gracias por
acompañarme, gracias por estar.
Si Dios fue capaz de
crear una semilla que puede convertirse en árbol y dar frutos,
¿te
imaginas todo lo que podes hacer vos?
Dios obra a través tuyo.
Ale Flores